Primera Santa Misa oficiada en Cuba por el Papa Benedicto XVI

Entre la felicidad del Papa Benedicto XVI por su visita a Cuba y el júbilo de los más de 250 mil cubanos presentes en la Plaza Antonio Maceo, de Santiago de Cuba, se celebró la santa misa oficiada por el Sumo Pontífice, hoy día de la Anunciación.

Papa Benedicto XVI en Cuba

Las lágrimas asomadas a los ojos de muchos, revelaron la fe tan grande del pueblo de Cuba. El fervor con que fue saludada e invocada la Virgen de la Caridad del Cobre impresionó al Santo Padre, quien elevó sus oraciones por esta Isla; por los cubanos, donde quiera que estén; el amor; la paz; un futuro mejor para todos; porque el mundo se llene de cosas buenas…

“Con las armas de la paz, el perdón y la comprensión, luchen para construir  una sociedad abierta y renovada…Luchen por una sociedad mejor, más digna del hombre, que refleje más la bondad de Dios…”, expresó el Papa.

Dijo que la familia es la célula principal de la sociedad, dio gracias a Dios por haberle permitido venir hasta nosotros y recordó a los que por algún motivo no pudieron estar allí.

La imagen de la Virgen de la Caridad del Cobre presidió la cita religiosa, cuya reciente peregrinación por todo el territorio nacional unió a los cubanos en la fe. Estaba bella, como siempre.

En la liturgia eucarística el Papa recibió las ostias y el vino, símbolo del cuerpo y la sangre de Cristo, y se las dio en sagrada comunión a un grupo de laicos escogidos para ello. Luego, pronunció unas oraciones en Latín, idioma oficial de la Iglesia Católica.

Un silencio total se apoderó del lugar luego de que Benedicto XVI se lo pidiera a los allí reunidos. Ya avanzada la misa, la lluvia también se hizo presente en Santiago y fue tomada por los peregrinos como una bendición. La disciplina que reinó en la plaza santiaguera demostró el respeto de Cuba por el Papa y la Santa Iglesia Católica.

El Sumo Pontífice le pidió al señor que confirme la fe en los cubanos mediante los sacramentos recibidos y concluida la misa colocó la Rosa de Oro, una de las máximas condecoraciones que otorga la Iglesia, a los pies de la Caridad del Cobre.

Fue un momento histórico, que demostró el respeto y la cultura de la isla  caribeña. Rompió records de visitas en sitios webs, concentró la atención de miles y millones de personas en el mundo, agrupó un sinnúmero de twitters y, sobretodo, quedará en la memoria de quienes tuvimos el inmenso placer de vivirlo.

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