Trabajadores sociales contribuyen al ahorro en Cuba

Este año sumará 13 mil la cifra de trabajadores sociales que se superan en función de estas tareas

«Fue muy buena la experiencia que vivimos con la población y me parece que es maravilloso, porque a nosotros nos fortalece el alma y el espíritu cuando una persona nos agradece con tanto fervor aquello que hacemos», confesó Yurelis Martínez, trabajadora social que atiende los talleres de servicios en la provincia de La Habana.

Esta joven recuerda que tuvo que pasarse toda una tarde con una familia para enseñarle a usar la olla arrocera y la reina, ya que anteriormente cocinaba con keroseno o leña, y no sabía manipular esos artículos.

La entrega de efectos electrodomésticos, módulos de cocción, sustitución de lámparas y bombillos incandescentes, y los resultados de la tarea llevada a cabo en los servicentros y pistas de combustible, marcan cambios no solo en las concepciones de la vida diaria, sino además en las de muchos jóvenes del país.

Lo corroboran historias narradas durante un Taller de experiencias de los trabajadores sociales en la Revolución Energética, que tuvo lugar en la capital.

Los protagonistas de este evento contaron los resultados de las misiones que han llevado a cabo. Comentaron vivencias que para ellos serán inolvidables y que de alguna manera han marcado sus vidas.

DALE TALLER

En estos momentos se encuentran laborando en talleres de servicios 917 trabajadores sociales, cifra que todavía no cubre los 2 148 puntos de este tipo ubicados en el país.

Allí tienen la misión de orientar a las personas que llegan con equipos rotos, informarles qué daño sufrieron los mismos, además de darles una serie de consejos útiles.

Según Yurelis, en la provincia de La Habana los muchachos visitan las casas de estas personas, les informan cuando las piezas llegan al taller, y están pendientes de la rápida reparación de los artículos.

«En el caso de los refrigeradores hay una comisión que vino específicamente de China. En ese momento recorrían el municipio de Artemisa, visitando a cada una de las personas que tienen los equipos de refrigeración con algún tipo de problema, para determinar cuáles se van a cambiar», informó.

Según Arley Trujillo López, trabajador social y coordinador de un grupo de tareas de la Revolución Energética, se han distribuido más de 2,8 millones de módulos de cocción entre las familias cubanas.

Inicialmente se distribuyeron unas hornillas que presentaron varios problemas, y ahora están en proceso de sustitución. El país compró otras que son mucho más fuertes, confiables y eficientes. Los equipos son de muy buena calidad, en sentido general.

«El principal problema que presentamos con estos artículos es con su manipulación. A la familia cubana le falta mucho por conocer sobre esto. Hay que orientarla en el tema, porque el 70 por ciento de las roturas que presentan los equipos es por problemas de mal manejo», dijo Arley.

TRAS LA HUELLA DEL COMBUSTIBLE

Cuáles son los mecanismos para asignar, distribuir y controlar el combustible, cómo calcular el índice de consumo de los vehículos, y aspectos de transporte en general, fueron algunos de los conocimientos adquiridos por los trabajadores sociales que estuvieron vinculados a la tarea del ahorro de energía en entidades agrícolas.

«El objetivo fundamental de esta misión era seguirle la pista al combustible en 15 empresas subordinadas al Ministerio de la Agricultura, por ser este el segundo ministerio que más combustible consumía en el país», explicó Alexander Rodríguez Salazar, trabajador social que labora en la Dirección Nacional del Programa, y estuvo al frente de la tarea en Ciudad de La Habana.

En solo cuatro meses se propició el ahorro de más del 24,3 por ciento del diésel y del 37,4 por ciento de gasolina, lo cual le aporta al país en un año más de un millón de dólares en materia de ahorro. Además influyó positivamente en el diseño para el control del combustible en las entidades.

Hablando con los tractores y la zafra fue otra de las tareas de la Revolución Energética que emprendieron . En sentido numérico esa misión tuvo un fuerte impacto en la zafra, pues propició el ahorro de más de 5 millones de litros de diésel.

En cuanto al control del combustible en los servicentros, Sara Ida Hernández Valdés, quien formó parte de la comisión donde se debatió este tema en las sesiones del Taller, informó que se establecen medidas de acuerdo con las características de los territorios y las condiciones en que se están desarrollando las ventas.

CON ASTRO POR LA EFICIENCIA

Acompañar a los pasajeros que viajan en los ómnibus de transportación interprovincial Yutong es otra de las misiones que actualmente asumen los trabajadores sociales.

Senderos de virtudes es el nombre de esta tarea experimental, que comenzó en el mes de mayo y hoy se lleva a cabo en todas las provincias, exceptuando La Habana y el municipio especial de Isla de la Juventud, que aún no se han incorporado.

Lograr eficiencia en la transportación de la población es el objetivo fundamental de estos muchachos a bordo de los ómnibus. Recoger el estado de opinión de los pasajeros, educarlos, creándoles una cultura de viaje, explicarles cuáles son sus deberes y derechos, brindarles una mayor seguridad y velar porque el aire acondicionado tenga la temperatura adecuada, son otras de sus funciones en las Yutong, además de controlar el combustible.

«Sabemos que una de las mayores preocupaciones que hoy tiene la población es precisamente el precio de los pasajes para estos ómnibus, y nosotros nos hemos encargado de darles las explicaciones pertinentes», afirmó Yurisleysi Cabrera Dueñas, trabajadora social coordinadora de esta tarea.

«Estamos trabajando junto a la Dirección de Astro para perfeccionar la atención a los pasajeros, tratar de que los ómnibus lleven la cantidad correcta de CDs de música, documentales y películas, y una biblioteca familiar para aquellas personas que deseen leer un buen libro durante el viaje», alegó.

Ahora hay un total de 52 rutas con 108 salidas diariamente, y 235 trabajadores sociales incorporados a la tarea. Los mismos están asumiendo y atacando la venta ilícita de pasajes como parte de la lucha contra la corrupción e ilegalidades en las terminales de ómnibus.

ENTRE IDEAS Y RETOS

Al finalizar este año sumará 13 000 la cifra de trabajadores sociales que han pasado por la Escuela de Capacitación y Eventos Vladimir Ilich Lenin, donde se preparan para el cumplimiento de las diferentes tareas que les son asignadas.

Actualmente se están impartiendo cursos de Política, Comunicación Social, y Energía y desarrollo sostenible, con el objetivo de fomentar valores y convicciones que deben caracterizar a un trabajador social. También se les enseña cómo llevar a cabo la sustitución de bombillos y la necesidad de ahorrar.

En estos momentos solamente hay seis profesores licenciados, el resto forman parte de la tropa de «médicos del alma».

«Yo nunca pensé que podría llegar a ser profesora. Ha sido una experiencia maravillosa. En este último curso, cuando llegué al aula y me presenté, los muchachos me dijeron: “¿Pero tú eres la ‘profe’? Pensábamos que nos iban a impartir clases personas que peinaran canas”.

«Esto ha sido un reto para mí, pero me ha ido muy bien. Se convierte en un intercambio de ideas entre jóvenes, y al mismo tiempo instructivo para ellos y para mí», expresó Ariadna Acosta, trabajadora social y profesora de dicha escuela.

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